La perito Haydeé Almirón que participó de la pericia scopométrica fue contundente al afirmar que la impronta de la zapatilla en la cara de la víctima se correspondía con un solo par de los analizados, el de marca Cyclone. Ese pertenecía a Máximo Thomsen.
Almirón reconfirmó: “No había posibilidad de error de que fuera de otra zapatilla”.
Fue la séptima jornada del juicio a los rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa. Estuvo dedicada a la parte técnica, con peritos e investigadores judiciales como testigos.
